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Aprendizaje automático para la ciberseguridad

Calculando el Hash de una muestra

Un hash es el resultado de aplicar una función matemática, conocida como función hash, a un conjunto de datos (como archivos, contraseñas o mensajes). Esta operación genera una cadena de longitud fija que representa de forma única los datos originales, proceso denominado hashing.

 

Las funciones hash más utilizadas, como SHA-256 y MD5, transforman cualquier entrada, independientemente de su tamaño, en una salida de longitud fija. Un algoritmo de hash adecuado debe cumplir tres propiedades fundamentales:

    1. Determinismo: La misma entrada siempre debe generar el mismo valor hash.

    2. Eficiencia: El cálculo del hash debe ser rápido y computacionalmente eficiente.

    3. Resistencia a colisiones: Debe ser difícil encontrar dos entradas distintas que produzcan el mismo valor hash.

 

Aplicaciones del hashing en ciberseguridad

Las funciones hash son ampliamente utilizadas en el ámbito de la ciberseguridad debido a su capacidad para representar datos de forma compacta, verificable e irreversible. Algunas de sus aplicaciones principales son:

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    1. Almacenamiento seguro de contraseñas

     • Las contraseñas no se almacenan en texto plano, sino como valores hash.

     • Durante la autenticación, el sistema compara el hash de la contraseña ingresada con el almacenado.

     • Se aplican técnicas como salting (inserción de un valor aleatorio antes del hash) para aumentar la seguridad frente a ataques de                diccionario o por fuerza bruta.

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    2. Verificación de integridad de archivos

     • El hash de un archivo puede utilizarse para confirmar que su contenido no ha sido modificado.

     • Es común en la verificación de descargas de software, permitiendo detectar archivos dañados o manipulados de forma maliciosa.

 

    3. Firmas digitales y autenticación

      • En criptografía, los valores hash se integran en firmas digitales, permitiendo validar la autenticidad e integridad de documentos                electrónicos y mensajes.

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    4. Detección de malware

      • Los sistemas de seguridad mantienen bases de datos con hashes de archivos maliciosos conocidos.

     • Esta técnica permite identificar malware de forma rápida sin analizar todo el contenido del archivo.

 

    5. Forense digital

      • En investigaciones cibernéticas, los hashes permiten identificar archivos específicos y verificar su integridad sin necesidad de                   examinar su contenido completo.

     • Facilitan la catalogación y comparación de evidencias digitales.

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